Hoy vamos a
hablarles de ÁNGEL FRANCO MARTÍNEZ, uno de los mejores árbitros que ha dado
este país a lo largo de su historia y culpable de que hoy en día se conozca a
los árbitros por sus dos apellidos.
Nació en Murcia
en 1938 y en 1966 llegó a segunda división, lo que hizo que empezara a ser
conocido a nivel nacional. Estuvo en segunda tres años, y fue en ese tercer año
cuando tuvo lugar un hecho que cambiaría la forma de llamar a los árbitros para
siempre. Ocurrió cuando las críticas periodísticas
comenzaron a cebarse en su persona con comentarios del tipo “Franco es un
inútil”, “Franco es muy malo”, etc. Esto no era plato de buen gusto para el
entonces caudillo de España Francisco Franco, que, a través del estamento censor
estatal instó a los medios a designar a los árbitros por sus dos apellidos para
evitar confusiones. Por su parte, en los encuentros internacionales que dirigía
se le conocía simplemente por Martínez de manera que los medios internacionales
no pudieran utilizarlo como conducto para atacar a la figura del dictador.
Tras 15años
de no poder dirigir finales por la coincidencia de apellido con el entonces
Jefe del Gobierno español, el reconocimiento a sus méritos llegó cuando
Francisco Franco murió ya que dirigió tres finales de Copa del Rey, participó
en el primer Mundial Juvenil de la historia (1977) y en el Mundial Argentina 1978,
en el que condujo un encuentro de fase de grupos y una semifinal.
Se
consideraba un colegiado “severo cuando tenía que serlo” y añadía siempre “yo
no entiendo de fútbol, sólo entiendo del reglamento”. Arbitró durante 17 años
en primera división y durante 15 años fue árbitro internacional, lo que le hizo
pitar más de 150 partidos internacionales entre los que había muchos de Copa de
Europa.
Una de las
anécdotas más sonadas de su vida tiene lugar durante un Consejo de Guerra
contra diversos miembros de ETA en 1970 celebrado en Burgos, cuando se le
asignó el encuentro que enfrentaba a la Real Sociedad y al
Athletic de Bilbao. Fue convocado con extrema urgencia y máxima discreción al
piso del canónigo de la
Catedral de Murcia, dónde le avisaron el sacerdote y el secretario
del
Ministro de la Gobernación de que corría
por San Sebastián la coletilla “Primero vamos a acabar con éste Franco y luego con
el de Madrid”, por lo que fingió una lesión durante un entrenamiento para
evitar tener que acudir al partido.
Sus 26 años
como profesional y su extensa trayectoria le consagran como uno de los mejores árbitros
del panorama nacional a lo largo de la historia del arbitraje español. Actualmente
ejerce el cargo de Vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros español.
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