No pude subir ayer la entrada, ya que estuve con varios partidos ayer y casi ni pisé mi casa. Por eso, os la dejo hoy, además de la de 'El rincón del debate' que la subiré después.
Hoy hablamos del tercer ascendido que nos faltaba por hablar en el blog. Se trata de Daniel Jesús Trujillo Suárez, nacido el 15 de enero de 1983 en Tenerife. Pertenece al Comité Técnico de Tenerife y acaba de ascender a la máxima categoría junto a Munuera Montero y Ocón Arráiz.
Tras 5 años en Segunda "B", asciende a la categoría de plata, donde estuvo 6 años para ascender este año a la máxima categoría del fútbol español. Debutó el 11 de septiembre de 2016 en Primera División en un Granada Club de Fútbol contra el Sociedad Deportiva Eibar (1-2).
Trujillo Suárez empezó su andadura por el mundo arbitral desde muy joven, un domingo cualquiera.
Un domingo como otro cualquiera, Daniel acompañó a su padre al campo del
Suprema donde el progenitor de los Suárez era presidente. Esa jornada
fue especial para Dani. De repente, un encuentro amistoso de
infantiles se encontró sin árbitro así que él se ofreció a dirigir la
contienda. Y lo hizo tan bien que desde ese instante no hubo fin de
semana que no tuviera un compromiso como colegiado.
Pero no todo son cosas buenas. El árbitro tinerfeño superó una
grave lesión que le dejó en silla de ruedas y le alejó de los campos de
fútbol durante más de dos años. El 31 de octubre de 2010 cuando, después de dirigir un Gimnástic de
Tarragona-Córdoba comenzó a notar mucho dolor en el tendón de Aquiles de
ambas piernas. Y lo que parecía ser una lesión más de alguien expuesto
por su trabajo como árbitro de fútbol se convirtió en un calvario que
duró dos años y un mes en los que, aparte de no poder arbitrar, le
condujo primero a una silla de ruedas y luego al uso de unas botas
especiales con las que apenas podía caminar si no era con la ayuda de
alguien.
El propio Daniel Jesús lo relataba así en una carta abierta dirigida a
sus compañeros de profesión y amigos con motivo de su regreso a los
campos de fútbol dos años y un mes después: «No puedo ocultar la alegría
y emoción que me invade en estos momentos de mi vida».
«He vuelto a poder desarrollar la actividad que más me gusta en la vida;
puedo volver a representar al Comité Tinerfeño de Árbitros en el fútbol
profesional; pero, sin duda alguna, lo más importante es que vuelvo a
sentirme a gusto conmigo mismo, algo que no experimentaba desde aquel
fatídico 30 de octubre de 2010, después de dirigir un Nástic de
Tarragona–Córdoba, donde tuve que poner un punto y seguido en mi carrera
arbitral por una lesión en los tendones de Aquiles de ambas piernas,
viéndome sometido a una intervención quirúrgica que me llevó a una silla
de ruedas durante un mes y a una larga y dura rehabilitación».
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